Tiare Obreque (Tiare Reír) / Túmbala Comparsa

Tiare es de profesión diseñadora industrial, pero desde pequeña ha incursionado en distintas danzas y prácticas corporales, desde el flamenco hasta el ballet, la danza moderna y la danza contemporánea. Hoy en día, aparte de ser una de las gestoras de espacios de formación y de agrupaciones de danza afro en Concepción, también es instructora de yoga y pilates.

Su recorrido en la danza afro comenzó alrededor de 2007, es decir, cuando estaba estudiando, a partir de su encuentro con Roger Leal, el primer profesor de danza afro en Concepción. Después de incursionar con Roger en las danzas de Guinea, en esa época llamadas “afromandingue”, y de participar por un tiempo en la agrupación Sankofa, que cultivaba ese repertorio, Tiare comenzó a explorar las danzas afrolatinoamericanas. Frecuentemente viajaba a Santiago para tomar clases con distintos/as profesores/as, y también ha viajado a Colombia y Perú para formarse con maestros/as de esos países.

Tiare reconoce la época en la que ella se estaba iniciando en las danzas de raíz africana como un momento de despertar de la danza afro en Concepción. Además de la comparsa de candombe Barrio Sur, primera comparsa penquista en cultivar la música y danza afrouruguaya, un gran impulsor de este despertar fue el Centro Cultural AfricAmérica. A través de iniciativas como la creación del Carnaval y Festival África en América, asociado a la festividad del 6 de enero, también conocida como Pascua de Negros, el Centro Cultural contribuyó a generar un cuestionamiento no solo en torno a la danza, sino también a lo identitario:

“La gente empezó como a unirse a esto, de alguna forma, como tratando de buscar su propia identidad, como también de cuestionarse de dónde venimos, o de reconocerse también, porque acá hay mucha gente que tiene rasgos afro y que tampoco se reconocían como afrodescendientes, porque no sabían. Entonces fue como un gran despertar para mucha gente.”

En 2014, Tiare formó el Colectivo Origen junto a las también danzantes Camila Bustos y Claudia Carrasco, con quienes se adjudicó un proyecto Fondart para realizar una formación en danzas y percusión afrolatinoamericanas, llamada Movimiento Raíz. Durante 3 meses de 2015, este proyecto posibilitó la visita a Concepción de maestras/os de danza y de percusión que dictaron clases intensivas de los repertorios afrocolombiano, afrocubano, afrobrasilero y afroperuano, además del tumbe afrochileno. Esta fue una de las primeras instancias en las que el tumbe se hizo conocido más masivamente en Concepción, porque después de la formación realizaron una presentación en el local nocturno Casa de Salud junto a Caro Castillo y Yoni Olís, referentes de la cultura afroariqueña que compartieron sus conocimientos con las/os danzantes y músicos/as penquistas.

Tiare ha viajado varias veces a Arica y gestionado la visita a Concepción de profesoras/es que han posibilitado que las/os danzantes penquistas profundicen en el estudio del tumbe afroariqueño. En 2018, participó de la formación de Túmbala Comparsa, la primera comparsa de tumbe en Concepción, a través de una convocatoria abierta realizada por el Centro Cultural AfricAmérica. Se realizó una formación intensiva junto a Camila Marchant y Pablo Domínguez, referentes de la agrupación afroariqueña Sabor Moreno, para luego salir en comparsa en el pasacalle del Festival África en América de ese año.

Desde ese inicio, Tiare ha continuado en Túmbala Comparsa. Aunque estuvieron en pausa durante la pandemia, en la convocatoria 2022 llegaron alrededor de 100 personas para integrarse a la agrupación, la que ha sido sostenida principalmente por mujeres, tanto en la danza como en la percusión. La formación actualmente funciona bajo la dirección en danza de Tiare, quien trabaja horizontalmente con las monitoras Claudia Carrasco, Camila Mansilla y Constanza Castillo. La dirección de percusión está a cargo de Valentina Field, en equipo con la monitora de percusión Catalina Salazar y la monitora de shékeres Camila Flores. Las compañeras se apoyan mutuamente para dirigir los ensayos y se van rotando en esa función.

En general, el funcionamiento de Túmbala Comparsa es muy horizontal: se realizan asambleas mensuales y hay comisiones que se hacen cargo de distintas temáticas. En términos de estilo, la comparsa ha ido absorbiendo distintas variantes del tumbe, a partir de las/os referentes ariqueñas/os que le han hecho clases a sus integrantes. Al mismo tiempo, también son simpatizantes del movimiento afroariqueño y están ahí cada vez que se les pide apoyo, pues, como reflexiona Tiare, “por la danza nos metimos igual en algo político también, sin querer.”

Aparte de incorporar el repertorio afroariqueño, Túmbala también ha avanzado en procesos creativos. Una de las creaciones que Tiare, Camila Mansilla y Constanza Castillo han llevado a la comparsa es una canción que se llama “Lava Negra”, inspirada en la historia de Petronila Neira, una mujer penquista que fue víctima de un femicidio en 1910. Fue encontrada flotando en la laguna Redonda por mujeres que lavaban la ropa, y hoy hay una animita donde la gente agradece favores cumplidos. A partir del incentivo de las/os referentes de Arica a que trabajen con su propio territorio, en la actualidad también están investigando la relación entre las mujeres mapuche y los hijos de mujeres africanas esclavizadas.

Aunque actualmente para ensayar les prestan las instalaciones de un liceo, Túmbala Comparsa solía realizar sus ensayos en la plaza Condell, un espacio público que se ha transformado en espacio cultural y recibe a muchas comparsas y agrupaciones que practican danzas y músicas de raíz africana en Concepción:

“La plaza Condell es como la plaza de los afro, porque todos se juntan ahí. Cuando comienza a mejorar el clima, comienzan a sonar los tambores de candombe, Afroperú, el tumbe, afrocolombiano, todos se juntan y ensayan ahí.”

En la comparsa hay muchas mujeres y, especialmente, muchas madres que van a bailar junto con sus hijas, y, como reflexiona Tiare, para muchas de ellas ha sido un espacio de sanación. En este contexto, una parte importante del trabajo de Túmbala ha estado dedicado a la manera de lidiar con distintos tipos de violencia y a generar medidas de autocuidado. Para Tiare, esa violencia se encuentra, a veces, en las propias prácticas de la danza en las que ella se ha formado, por ejemplo, en las palabras o gestos de algunos maestros cuando no resulta bien un paso. En cambio, al interior de Túmbala existe la intención explícita de “replantearse las prácticas”, aprendiendo de la experiencia:

“Por lo menos con la comparsa estamos trabajando todas esas cosas, como de la mejor manera yo creo, como siendo compasivos, amables con los cuerpos, que las personas también puedan entender su cuerpo, porque entra gente para las que el tumbe puede ser su primera experiencia en danza, y puede ser súper traumática también.”

Como concluye Tiare, “Túmbala Comparsa ha sido una gran escuela para nosotras, para aprender a facilitar a tanta gente todo lo que hemos aprendido durante los años de estudio.”

Entrevista realizada de manera virtual, 30 de noviembre de 2022